Me llevaron a una habitación que parecía tener un revestimiento especial, todo era muy casual, como si fuera algo normal y parte de la realidad. Antes de llegar ahí había personas felices conversando de cosas alegres cotidianas que no generaban ningún ruido en mi cabeza. Se cierra la puerta de la habitación y oigo un pitido, muy parecido a los que ya había oído antes, pero luego de eso, algunos dolores en algunos puntos del cuerpo y tensiones en músculos de la cara (como si los estuviera activando). Mediante señas me indican que ingrese a una especie de cabina, muy silencioso todo, ya no se sentían ruidos ni la voces de las personas que estaban afuera conversando, entro, cierran la puerta y todo queda oscuro. Veo algunas sombras como manchas en la oscuridad y comienza a sentirse un sonido como de una turbina que envolvía toda la cabina, derrepente siento una especie de pinchazo en el ojo (como si me hubiera picado algo o si algo pequeñito hubiera explotado), despues una sensación de electricidad estática que comienza a erizar todos los bellos de mi cuerpo. Siento como si mi cabeza se estuviera relajando, una especie de hormigueo que recorre mi cráneo y escucho como si algo estuviera reventando internamente (como sonido de cuetes chinos). Luego de un rato se detienen los sonidos de cuetes, se abre la puerta y me dicen "listo, ya no hay más parásitos". Y así fue como me uní a la causa.
Los protocolos tenían como objetivos iniciales la justicia, buscar y eliminar a los torturadores e implicados en violencia física o psicológica. Tenían fotos, cronogramas, donde se encontraban ahora y donde estarían en un mes. Sabían lo que me habían hecho y lo que le habían hecho a todos, la verdad que fue un momento de catarsis, ya era libre de lo que había sufrido todos estos años y alguien en esta realidad sabia exactamente lo que había estado pasando, el nivel de la lucha y la baja probabilidad de sobrevivencia a los acontecimientos que había experimentado. Ellos sabian que no era un juego, sabían también quieren eran, desde los títeres a los titiriteros, los dueños del sistema. Sabia los medios que utilizaban como lo hacían y como ocultaban a las personas las miserias que causaban. Tenían mujeres convertidas en animales como si fueran prostíbulos de heroína adictas al sistema manipuladas como ratas con circuitos en el cerebro y hombres manipulados como perritos con correa haciéndoles comer excrementos para divertirse. Había un plan, una forma de eliminar el sistema, una forma de salvar la realidad y yo les ayudaría a lograrlo pero antes necesitaba justicia.
A continuación la lista con todos los capítulos ganadores.
Capítulo 0. Me llevaron a una habitación que parecía tener un revestimiento especial, todo era muy casual, como si fuera algo normal y parte de la realidad. Antes de llegar ahí había personas felices conversando de cosas alegres cotidianas que no generaban ningún ruido en mi cabeza. Se cierra la puerta de la habitación y oigo un pitido, muy parecido a los que ya había oído antes, pero luego de eso, algunos dolores en algunos puntos del cuerpo y tensiones en músculos de la cara (como si los estuviera activando). Mediante señas me indican que ingrese a una especie de cabina, muy silencioso todo, ya no se sentían ruidos ni la voces de las personas que estaban afuera conversando, entro, cierran la puerta y todo queda oscuro. Veo algunas sombras como manchas en la oscuridad y comienza a sentirse un sonido como de una turbina que envolvía toda la cabina, derrepente siento una especie de pinchazo en el ojo (como si me hubiera picado algo o si algo pequeñito hubiera explotado), despues una sensación de electricidad estática que comienza a erizar todos los bellos de mi cuerpo. Siento como si mi cabeza se estuviera relajando, una especie de hormigueo que recorre mi cráneo y escucho como si algo estuviera reventando internamente (como sonido de cuetes chinos). Luego de un rato se detienen los sonidos de cuetes, se abre la puerta y me dicen "listo, ya no hay más parásitos". Y así fue como me uní a la causa.
Los protocolos tenían como objetivos iniciales la justicia, buscar y eliminar a los torturadores e implicados en violencia física o psicológica. Tenían fotos, cronogramas, donde se encontraban ahora y donde estarían en un mes. Sabían lo que me habían hecho y lo que le habían hecho a todos, la verdad que fue un momento de catarsis, ya era libre de lo que había sufrido todos estos años y alguien en esta realidad sabia exactamente lo que había estado pasando, el nivel de la lucha y la baja probabilidad de sobrevivencia a los acontecimientos que había experimentado. Ellos sabian que no era un juego, sabían también quieren eran, desde los títeres a los titiriteros, los dueños del sistema. Sabia los medios que utilizaban como lo hacían y como ocultaban a las personas las miserias que causaban. Tenían mujeres convertidas en animales como si fueran prostíbulos de heroína adictas al sistema manipuladas como ratas con circuitos en el cerebro y hombres manipulados como perritos con correa haciéndoles comer excrementos para divertirse. Había un plan, una forma de eliminar el sistema, una forma de salvar la realidad y yo les ayudaría a lograrlo pero antes necesitaba justicia.
Me llevaron a una habitación que parecía tener un revestimiento especial, todo era muy casual, como si fuera algo normal y parte de la realidad. Antes de llegar ahí había personas felices conversando de cosas alegres cotidianas que no generaban ningún ruido en mi cabeza. Se cierra la puerta de la habitación y oigo un pitido, muy parecido a los que ya había oído antes, pero luego de eso, algunos dolores en algunos puntos del cuerpo y tensiones en músculos de la cara (como si los estuviera activando). Mediante señas me indican que ingrese a una especie de cabina, muy silencioso todo, ya no se sentían ruidos ni la voces de las personas que estaban afuera conversando, entro, cierran la puerta y todo queda oscuro. Veo algunas sombras como manchas en la oscuridad y comienza a sentirse un sonido como de una turbina que envolvía toda la cabina, derrepente siento una especie de pinchazo en el ojo (como si me hubiera picado algo o si algo pequeñito hubiera explotado), despues una sensación de electricidad estática que comienza a erizar todos los bellos de mi cuerpo. Siento como si mi cabeza se estuviera relajando, una especie de hormigueo que recorre mi cráneo y escucho como si algo estuviera reventando internamente (como sonido de cuetes chinos). Luego de un rato se detienen los sonidos de cuetes, se abre la puerta y me dicen "listo, ya no hay más parásitos". Y así fue como me uní a la causa.
Los protocolos tenían como objetivos iniciales la justicia, buscar y eliminar a los torturadores e implicados en violencia física o psicológica. Tenían fotos, cronogramas, donde se encontraban ahora y donde estarían en un mes. Sabían lo que me habían hecho y lo que le habían hecho a todos, la verdad que fue un momento de catarsis, ya era libre de lo que había sufrido todos estos años y alguien en esta realidad sabia exactamente lo que había estado pasando, el nivel de la lucha y la baja probabilidad de sobrevivencia a los acontecimientos que había experimentado. Ellos sabian que no era un juego, sabían también quieren eran, desde los títeres a los titiriteros, los dueños del sistema. Sabia los medios que utilizaban como lo hacían y como ocultaban a las personas las miserias que causaban. Tenían mujeres convertidas en animales como si fueran prostíbulos de heroína adictas al sistema manipuladas como ratas con circuitos en el cerebro y hombres manipulados como perritos con correa haciéndoles comer excrementos para divertirse. Había un plan, una forma de eliminar el sistema, una forma de salvar la realidad y yo les ayudaría a lograrlo pero antes necesitaba justicia.